En La Tinta de Almansa, el compromiso con la mejora continua es una parte esencial
de nuestro trabajo. Entendemos que el periodismo no se detiene cuando se apagan
los ordenadores: seguimos siendo periodistas en la calle, en el supermercado, en el
trabajo o en la bicicleta. Escuchamos a nuestras vecinas, a los migrantes, a las abuelas
y a los niños. Su voz nos guía.
Nuestro sistema de evaluación se basa en dos pilares fundamentales: la medición
técnica y el contacto directo con la ciudadanía.
1. Evaluación técnica en tiempo real
Medimos el impacto social y la eficacia de nuestras acciones de manera diaria a través
de herramientas digitales como Google Analytics, Marfeel y Metricool, lo que nos
permite conocer el comportamiento y necesidades de nuestra audiencia en tiempo
real. Además, estamos inscritos en la OJD (Oficina de Justificación de la Difusión), lo
que garantiza la transparencia de nuestros datos.
A esto se suma el análisis constante del feedback recibido a través de redes sociales,
el principal canal de interacción con nuestra comunidad, donde las opiniones, críticas y
sugerencias se convierten en una herramienta de mejora esencial.
Por otra parte, y aún más significativa para nosotros, es la evaluación cualitativa que
realizamos a pie de calle. Son muchas las personas que cada día se acercan para
trasladarnos sus inquietudes, para agradecer nuestra cobertura o para pedir visibilidad
sobre temas importantes. Este contacto directo valida nuestro trabajo y refuerza el
vínculo con la ciudadanía.
Un buen ejemplo de nuestro impacto son los casos recientes de movilizaciones
sociales multitudinarias (como la lucha por un nuevo convenio del calzado o la
oposición a una macroplanta de biogás), que fueron difundidas exclusivamente por
nuestro medio y alcanzaron una gran capacidad de convocatoria.
3. Escucha activa del tejido económico
Finalmente, mantenemos un canal permanente de evaluación con los clientes y
colaboradores comerciales que confían en La Tinta de Almansa. Este diálogo
bidireccional nos permite mejorar tanto nuestros servicios de comunicación como
nuestra atención profesional. Como en todo proceso vivo, existe margen de mejora,
pero la disposición a escuchar y corregir está siempre presente.